Naked Pizza Dare!!!

Quién no conoce la estructura de la fantasía, llaman a la puerta, abre una chica semidesnuda, es el pizzero, tras un breve proceso de insinuación por parte de la hembra pasan a la acción, el culo de la muchacha martillea contra el caliente queso fundido de la pizza que se restriega por el suelo. Es posible que si usted pertenece al ingrato gremio de los repartidores de comida a domicilio sea su fantasía principal. Incluso puede que revise compulsivamente las constantes novedades del mercado pornográfico, buscando obras que materialicen dicha fantasía, y que después, se frustre al comprobar que las maniqueas interpretaciones y los imposibles ángulos de cámara restan naturalismo a la traslación convirtiéndola en algo casi más irreal que la fantasía de origen. No desespere todavía, está de suerte, llega el Naked Pizza Dare!!!

Uno no sabe muy bien como definir el Naked Pizza Dare, si como un vídeo de hazañas personales (Jackass o derivados), como un fenómeno viral de la red que requiere de la plasmación de uno mismo participando de él (2 girls 1 cup) o simplemente la captación documental de un fenómeno real ( vídeos de bullying). En realidad es posible que sea una mezcla de todo, porque incluso estas distintas categorías se relacionan entre si. Puede que todas ellas solo sean la manifestación de síndromes de aparición reciente motivados por una nueva forma de comunicarse y distribuir información. Conocer su origen podría ayudar, pero es un misterio. Como buen fenómeno emergente lo único que podemos decir es que se comienza a registrar en USA hará en torno a un año y que se extiende a Japón y UK. Pero, ¿qué es el Naked Pizza Dare?

Básicamente el Naked Pizza Dare consiste en que una bella y lozana adolescente (casi el 100% de los casos cumplen esta característica, siempre son mujeres, luego hablaremos de ello) pide una pizza y recibe al repartidor desnuda o casi desnuda, en caso de que esté semidesnuda fuerza un “accidente” que la despoje de su toalla o lo que sea. Llegado este punto trata de dilatar la situación: no acaba de encontrar el dinero, recoge cosas del suelo que le molestan dando el culo al repartidor mientras se agacha, habla del tiempo… Aunque tampoco lo extiende en demasía, la experiencia exhibicionista dura entre unos 30 segundos y un minuto de media, tiempo, que en semejante tesitura debe ser eterno para el repartidor. La transacción finaliza, la puerta se cierra, grita de emoción excitada. Pero no termina ahí la cosa, las lolitas lo han grabado todo (generalmente con su webcam) y lo suben a internet, duplicando la experiencia exhibicionista.

Pero no siempre la jugada es redonda, a veces las cosas no salen como nuestras protagonistas quieren, como en este caso (a partir del minuto 2:36) en el que el repartidor rehusa mirarla, no sabe uno muy bien por qué, es posible que le disgusten las formas femeninas.

O este otro caso en el que nuestra protagonista (una de las pocas entradas en carnes que encontraréis) descubre al otro lado a de la puerta a una mujer, quedando el episodio de exhibicionismo relegado a una simple cuestión de solidaridad femenina ante un “accidente” natural entre chicas.

Incluso cuando las muy pécoras se aventuran más allá de la simple exposición física pueden encontrarse lo que no esperan. Aquí nuestra amiga, una de las más lanzadas y prolíficas del movimiento, no sólo se desespera al comprobar que el repartidor no es capaz de encontrar la casa, sino que después la pobre es rechazada por el desaprensivo al proponerle una felación en compensación a su trabajo.

A estas alturas muchos se preguntarán qué le sucede a este chaval, una propina nunca se rechaza. Aunque habrá quien le replique que si es una propina que puede costarte el empleo es digna de ser rechazada, y más en tiempos de crisis. Y yo lanzo una hipótesis: ¿Es el Naked Pizza Dare en realidad un producto o, como mínimo, un movimiento paralelo a la crisis económica? Y para explicar mi hipótesis me apoyaré en los documentos mostrados hasta el momento.

Como bien indicaba en un principio, estos vídeos están protagonizados casi en un 100% por jóvenes de buen ver y carnes prietas, en ningún caso está protagonizado por hombres (seamos sinceros no tardarían ni media hora en acabar entre rejas, la exhibición pública solo está socialmente aceptada en mujeres). En los contados casos en que no se trata de una joven que está buena, siempre cumple uno de los dos factores, es decir: o es una joven rechoncha (pero joven y prieta al fin y al cabo) o es una madurita atractiva. La mayoría de ellas tienen aspecto de W.A.S.P universitaria e incluso se atreven en plan pijama party, como podemos ver a continuación (no quiero imaginar que pasaría si un grupo de hombres semidesnudos encierran una mujer en su casa con intención de enseñarle “algo” que está dentro de sus calzoncillos, única prenda que portan).

Si cualquiera de estas postadolescentes llevase a cabo dicha conducta en otro lugar y en otro momento, probablemente descubrirían de modo rápido y literal el significado de expresiones como gangbang y bukkake. Pero esto, llegamos a la clave del asunto, nunca sucederá porque en realidad esta práctica se escuda en la seguridad y la falta de riesgo real que le brinda el estatus empleado – cliente, como la reina en su palacio de cristal que se pasea desnuda ante su sus esclavos, como Luisa Isabel de Orleans y Borbón correteando en prendas de gasa ante la atónita mirada de sus jardineros. El paria sabe cual es su lugar, como Pip en “Grandes esperanzas”.

Porque el Naked Dare Pizza no solo es exhibición, es exhibición de la intocabilidad, como cuando en “Gangs of New York” John C. Riley deja su reloj de oro colgado, sin vigilancia, a merced de los ladrones. Es una escenificación de la sociedad de clases, la metáfora del abuso del capital sobre el obrero que se hace palpable por el paroxismo de una pulsión exhibicionista. Exhibicionismo puro, ya que no tiene una finalidad de relación sexual, habida cuenta de que no habrá intento de retribución sexual por parte del espectador. Exhibicionismo que redunda al exhibir la prueba del exhibicionismo, hiperexhibicionismo. La representación hiperbólica del “se mira pero no se toca”.

Pero lo realmente perverso de ésto es que se basa en el paradigma antes mencionado de que un hombre siempre quiere ver a una mujer desnuda (algo falso como demuestra el primer vídeo) y que los repartidores siempre son hombres (a veces son mujeres), lo cual elimina la sensación de abuso sexual, porque no olvidemos que el repartidor no está ahí por gusto, se ve obligado por el protocolo de su empleo. ¿Acaso estas niñas de papá no lo entienden porque no comprenden que el trabajo es obligatorio? ¿Han trabajado alguna vez en su vida? ¿En su entorno educativo nunca ha existido una figura femenina que trabaje y por eso no entienden que pueda venir una repartidora? ¿Entienden lo perverso y sexualmente violento de esta práctica? ¿Lo entendemos los demás?

Mi consejo si eres un repartidor de pizza y aún sigues leyendo, es que si se te presenta la ocasión no ataques, o te demandarán por violación. Por mucho que “Dirty Dancing” o infinidad de cintas de Disney, con “La dama y el vagabundo” a la cabeza, traten de convencerte de lo contario esto es así. El consuelo: siempre te quedarán los vídeos (recopilados en esta página, testigo del movimiento), porque en realidad esa es la finalidad. Estas pijas pervertidas han diseñado una experiencia de exhibición en la que se supone que solo disfrutan ellas, tu quedas relegado al proceso de hiperexhibición, incluso si eres el pizzero, es decir: ésto está pensado para que te quedes con las ganas y te la peles al llegar a casa, no para que pongas tus sucias garras con olor a pepperoni sobre sus carnes no castigadas por el sol. Conclusión: En la era de los hiperismos por fin ha llegado el hipercalientapollismo.

Esta entrada fue publicada en Mondo, XXX. Guarda el enlace permanente. Publica un comentario o deja un trackback: URL del Trackback.

Publicar un Comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos requeridos están marcados con un *

*
*

Puedes usar estas etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>